Este es un relato sobre fantasmas, al estilo tradicional de esos que algunos lectores prefieren, porque logran ponerles los pelos de punta. El tono aquí, no obstante, es sarcástico y, a veces, muy divertido; lo que no afecta el ambiente misterioso que envuelve a personajes y situaciones. Los hechos suceden en los mismos escenarios fronterizos a que nos tiene habituado su autor. El cuento está diseñado para personas bilingües. Se explica tanto en inglés, como en español. Todo se refiere a una antigua casa ubicada en un pueblo pobre de Arizona. El lugar es frecuentemente visitado por muchos curiosos, porque la lúgubre construcción tiene su historia. Allí habitan fantasmas. Eso dicen, al menos, todas las familias que terminaron por abandonar la morada. Ahora nadie se atreve a ocuparla. Pero las cosas podrían cambiar. Elena su incrédulo padre y la abuela tratarán de romper con el tétrico mito que acompaña a la vivienda.